lunes, 2 de mayo de 2011

BLACKWOOD MANOR: Cápítulo 1

-          Esto es lo más denigrante que he hecho hasta ahora- aseguró Harriet abanicándose rápidamente. Oleadas de polvo y de calor entraban por los ventanales, ahogándola. Con un coqueto y bien ensayado movimiento, sacudió los guantes y los pliegues de su vestido color zafiro-. ¿Cuánto dijiste que duraría el viaje, Sofía?
-          ¡Por favor, Harriet!- exclamó la otra joven, cuyos cabellos castaños llevaba discretamente recogidos en su cabeza-. Tú siempre hasta dicho que te gusta el aire libre, correr por los campos, y sentir la brisa fresca acariciando la piel de tu rostro- dijo, imitándola-. ¿Por qué te quejas tanto, entonces?
-          Me gustan los campos de pastos verde, y hierba lozana y fresca, Sofía. No este lugar lleno de polvo y tierra, ¡donde sólo hay más polvo y más tierra a donde sea que uno mire!
Agnés, la tercera de la muchachas, sonrió tímidamente tras su abanico. Harriet, haciendo gala de su carácter alegre y travieso, le cerró un ojos pícaramente y siguió abanicándose. Eso significaba: "en realidad, sólo estoy fastidiando para entretenerme". Agnés, comprendiendo el mensaje, ensanchó aún más su sonrisa.
-          ¡Mirad!- exclamó de pronto.
Las otras dos jóvenes se asomaron por la ventanilla. Una bandada de hermosas aves blancas surcaban el cielo en una formación perfecta. Bajo los rayos del sol resplandecían albas, como con luminosidad propia.
-          Son...preciosas- comentó Harriet con sus ojos azules brillando por la emoción que sentía. En ese momento, su alma había alzado el vuelo y cruzaba el cielo junto a esas hermosas y delicadas criaturas. Un cielo sin límites, libre de atadura y obstáculos, y sin temores.
Sofía observó la emoción reflejada en el rostro de su prima, y sonrió. "Harriet siempre tan apasionada, tan soñadora...", pensó. No era una buena cualidad para una señorita bien educada, pero su prima no tenía vuelta atrás. Estaba segura de que, de poder, Harriet ya se habría unido a esas aves en su travesía sin rumbo.
-          ¿Ves?- le dijo cuando perdieron de vista a la bandada-. No todo es tan malo aquí.
Harriet volvió a su puesto, recobrando toda su apariencia de señorita refinada y bien compuesta. Abrió su abanico, y le dirigió una risueña mirada.
-          Yo sigo viendo tierra y polvo por todos lados, Sofía- aseguró.
Sofía suspiró profundamente, a la vez que negaba con la cabeza. Agnés, muda espectadora de las confrontaciones de sus primas, esbozó una discreta sonrisa. Así había sido todo el viaje, pero resultaba vivificante el alegre carácter de Harriet.
Harriet sonrió con picardía, y dirigió su vista hacia la ventanilla. Lo cierto es que no tenía razones para estar contenta, pero era parte de su personalidad mirar la vida positivamente. Siempre tenía la secreta esperanza de que las cosas, por muy mala que estuviesen, podían solucionarse. Suspiró. Y es lo que esperaba precisamente que sucediera ahora.
Harriet, Agnés y Sofía eran primas. Sus padres (los cuales eran hermanos), se habían presentado voluntarios para acudir a la guerra. Las tres jóvenes les habían suplicado para que no fueran, pero ninguno de sus argumentos logró disuadirlos. La familia Beckesey se caracterizaba por su espíritu patriota; amaban a Inglaterra con toda su alma y su corazón, y serían capaces hasta de dar la vida por ella. Y eso es lo que precisamente pretendían hacer.
Durante la ausencia de los tres hombres, Sofía y Agnés se quedaron junto a sus madres, Margaret y Judith. Pero ese no era el caso de Harriet, cuya madre había muerto cuando era una recién nacida. Robert Beckesey, padre de Harriet, había quedado viudo a la edad de 32 años. Había sufrido lo indecible, pero nunca dejó de lado a su hija, sobre la que volcó todo su amor y su devoción. Lo ayudó a criar a la pequeña su madre, Clarisse Beckesey, la que cuidó a su nieta con enorme ternura. Ella le enseñó a Harriet todo lo que sabía del mundo. "De hecho", pensó Harriet con humor. "Clarisse nunca se ha comportado como una verdadera abuela". No la mimaba, no la malenseñaba. ¡Al contrario! La guiaba con estricto rigor, educándola como una dama y una señorita distinguida; una digna portadora del título de los Beckesey.
La educación para Clarisse era fundamental. Se solía decir que las señoritas no requerían de tantos estudios, pues su papel fundamental era el hogar, satisfacer al marido y criar a sus hijos. Pero, claro, su abuela no pensaba igual. Para Clarisse, el verdadero secreto de una mujer, era poseer los mismos conocimientos de un hombre, pero sin perder su femineidad. "Debemos estar a su altura, pero no ser unos brutos como ellos, ¿comprendes, hija?", solía decirle ella. A los 17 años, Harriet ya había acabado sus estudios con sus instructores, y era presentada en sociedad.
"Jamás podré pagarle todo lo que ha hecho por mí", pensó Harriet. "Y la hecho tanto de menos". Solían estar mucho tiempos juntas. Clarisse era viuda, por lo que la compañía de su nieta era como una bendición para ella. Iban juntas a visitar a los vecinos, salían de compras, y hablaban por horas enteras sobre cualquier tema, desde política hasta la nueva moda londinense.
Todo había ido en orden, hasta que llegó esa fatídica carta.
Ocurrió tres meses después de que Robert y sus hermanos fueran a la guerra. Muy temprano, llegó un sobre que provenía del frente de lucha. Henry- el padre de Sofía- avisaba que Robert había sido herido de gravedad. Tía Margareth y tía Judith decidieron ir en su ayuda sin importar el peligro. Así, podían atender personalmente a Robert, y además velar por sus maridos. Clarisse ofreció a Sofía y Agnés quedarse junto a Harriet en su hogar, pero sus madres se negaron. Sabían que Clarisse era muy extravagante y liberal, y temían a sus enseñanzas (de hecho, consideraban que Harriet era demasiado osada por su culpa). Por eso, decidieron que las jóvenes se irían juntas hacia el hogar de un antiguo amigo de la familia: Lawrence Wontherlann, Conde Blackwood, quien la recibiría por el tiempo que fuera necesario.
Según decían, era un hombre confiable. Un caballero educado según la escuela clásica, con un código de conducta intachable. Harriet había oído a su padre hablar más de alguna de él. Solía decir que era un buen amigo; su único amigo. Y a la joven le constaba que, en una época de gran apuro que pasaron, Lawrence Wontherlann los había ayudado con sus influencias. No lo conocía en persona, pero si su padre aseguraba que eran un caballero honorable, ella le creía a pies juntillas.
Y así es como se encontraban ahora, viajando hacia Blackwood Manor, el hogar de Lawrence Wontherlann. Clarisse podría ir a visitarlas cuando quisiera, e incluso ir a quedarse con ellas una temporada. Harriet suspiró. Sí, su abuela podía llegar a ser un verdadero fastidio en ocasiones, pero no hallaba la hora de volver a verla.
Una sacudida al coche la hizo volver a la realidad. Con el abanico intentó ahuyentar el polvo que se había arremolinado a su alrededor, y tosió. En ese mismo instante Agnés llamó su atención.
Blackwood ManorEn la lejanía se divisaban tierras verdes y fértiles, con grandes árboles de intenso verdor. Un riachuelo plata las cruzaba. Las tres muchachas no podían creer lo que veían. Era... ¡como un paraíso! ¿Serían los dominios de los Blackwood? A medida que se acercaban, una inmensa casa victoriana comenzó a tomar forma. Harriet dio un golpe al carruaje y preguntó al conductor por el dueño de dichas tierras.

-          Son de Mr. Lawrence Wontherlann, Conde de Blackwood, Miss Beckesey- le informó-. Y nuestro destino.

14 comentarios:

Nina dijo...

Si te digo que me encanta, ¿vas a seguir poniendo trozos de la historia? :)
Y las actrices que representarían a las chicas, yo no las hubiera elegido mejor :P

Eileen dijo...

Por supuesto que si!!!!

Gracias por tu comentario!!!

Acabo de salir de las pruebas, y podre seguir escribiendo sin problemas!!!

Hoy mismos publicare otra entrada!!!

All the love.


Eileen

AKASHA BOWMAN. dijo...

Oooooooooh mi querida Eileen, muchas gracias por haberte pasado por mi saloncito y de ese modo darme la posibilidad de conocer el tuyo.

¡Adoro este tu saloncito victoriano y pese a que yo personalmente me considero una dama de Regencia todo lo que concierne a mi amado siglo XIX me apasiona!

Me ha fascinado este primer capítulo a modo de presentación de las primas y del motivo que las acerca a la mansión de su pariente lejano. Muy buenas trazas, amiga y un argumento soberbio.

Sigo en mi lectura.

Anna Princesa dijo...

Este primer capi me deja muy buen sabor de boca....
la verdad es que la historia empieza siendo muy interesante.
Hmmmmm ¿que nos traera el conde?

besos corazón

Beatriz Alonso dijo...

Hola Eileen!, que bonito sitio tienes!, me encanta escribir historias y sobre todo leerlas, así que cuando tenga un poquito de tiempo me pondré al día con la tuya, (dichosa falta de tiempo!, por mí estaría leyendo todo el día, pero las obligaciones me lo impiden...)la verdad es que me gusta el comienzo, con una buena narrativa, dinámico.. ¡vamos que estoy deseando saber como sigue!, mágnífica la selección de actrices que has elejigo para ponerles rostro.
Un abrazo y espero volver muy seguido por aquí!
¡nos leemos!

Anónimo dijo...

holaa.. me encanto el cap. solo lei el 1ºy voy a por los demas... esta muy bueno te felicito!..bsos

Eileen dijo...

Gracias!!!! Espero que te sigan gustando!!!

Anónimo dijo...

hola!!!
soy seguidora de novelas y te encontre en el blog de Akasha, asi que pase a conocer tu blog, y acabo de comenzar a leer tu historia, tratare de ponerme al dia, pero se lee interesante...un saludo
anabel

Eileen dijo...

Hola Anabel!! Un placer y bienvenida. Espero que te siga gustando.

Besos

D. C. López dijo...

Hola guapa!, como lo prometido es deuda, aqui me tienes cumpliendolo. Decirte k tan solo el comienzo ya m he kedado enganchada a la historia y... Voy a x más!, jejeje

Un beso y sigo leyendo!

Unknown dijo...

Eileen,

Debo decir que este primer capítulo me ha fascinado. Tengo que seguir leyendo...
Enhorabuena

Scarlet dijo...

Hola Eileen, tu novela es fascinante. en cuanto tenga un poquito más de tiempo me pondré con los demás capítulos. Estaría bien que participases en el concurso de mi revista:
http://revistamundovampirico.blogspot.com/2011/07/concurso-de-relatos-para-la-revista.html

Besitos!

Jònia Ionia Anatòlia dijo...

Chicaaa :D
Jajaja merci por comentar jeje aunk sea para decirme k aun no vas a la par con la historia jeje :P
Pues decirte k aun no puedo leer tu historia pork estoy estudiando para la selectividad -.- uffs k rollo!! jeje En cuanto acabe los examenes me pongo con ella :D Eso será el 10 o 11 de septiembre -.- así k aun me kedan 2 semanas más para estudiar uuffs jejeje
Muchos besote sy cuidate migollón!!

Nina Benedetta dijo...

Te expresas encantadoramente ^_^
Definitivamente te sigo, ya quiero seguir leyendo!!

Besos!!