lunes, 30 de mayo de 2011

BLACKWOOD MANOR: Capítulo 3 (1/2)


Lamentablemente la jaqueca de Agnés aumentó, y tuvieron que pedirle disculpas a Mr. Wontherlann a través de Atwater, ya que no asistirían a la cena de aquella noche. La respuesta fue inmediata: el Conde comprendía su situación, y esperaba poder disfrutar de su presencia al día siguiente. Y además, ordenó que les sirvieran sus respectivas comidas en las habitaciones.
Mientras esperaba su cena, Harriet se dedicó a cepillar su cabello y a reflexionar. Sofía se encontraba junto a Agnés para vigilar su salud. La joven suspiró. Sus dos primas la habían invitado a cenar con ellas, pero había rechazado de inmediato su oferta. Necesitaba intimidad, y además, ¿para qué ocultarlo? Quería muchísimo a Sofía, pero le parecía insufrible su actitud sobreprotectora para con Agnés. Esta última era apenas dos años y unos meses menor que Sofía, pero recibía y soportaba sus cuidados como si fuera una niña pequeña.
"No la dejan tomar sus decisiones; ése es el problema", pensó Harriet. "Pero depender de una persona no es el mejor camino. Acabarán haciéndole un gran daño". Si no era tía Judith, era tía Margareth; y por último, en ausencia de las dos, estaba Sofía, que se comportaba con ella como su fuera su madre.
-        Pero, bueno, eso no es algo que pueda cambiarse de un día para otro, ¿no?- se dijo.
Alguien golpeó la puerta. Alzó la vista.
-        Adelante- contestó, dejando el cepillo sobre el tocador.
Una mujer de estatura mediana y cara bondadosa entró al cuarto con una bandeja de plata. Sus labios esbozaban una agradable sonrisa, y su mirada estaba llena de luz y calidez.
-        Buenas noches, Miss Beckesey- la saludó-. Lamento molestarla, pero le traigo la cena. He decidido hacerlo personalmente para asegurarme de que no le falta nada a usted y a sus primas.
Harriet se acercó a la bandeja, destapó uno de los platos e inspiró hondamente. Sonrió.
-        Huele de maravillas- opinó-. Y estoy segura de que sabrá aún mejor. Gracias, Mrs...
-        ¡Oh! ¡Es verdad! He olvidado presentarme- recordó la agradable y animosa mujer-. Yo soy Elene. Elene Atwater, ama de llaves y cocinera de Blackwood Manor, para servirle Miss Beckesey.
Harriet sonrió encantada.
-        Gracias, Mrs. Atwater.

-        ¡No, no! Llámeme Elene, Miss Beckesey, sólo Elene.

-        Y a mi llámeme Harriet- la corrigió a su vez la joven-, sólo Harriet.
Las dos mujeres intercambiaron una mirada llena de simpatía, y supieron desde un comienzo que compartirían una agradable relación de amistad y cariño.
-        ¿Se le ofrece algo más?- la interrogó la dulce mujer.
Harriet tomó asiento frente a la mesilla donde reposaba la bandeja, y los alimentos recién servidos y preparados. Negó con la cabeza.
-        No, Elene. Todo es perfecto, créame- aseguró-. Aunque quizás...- vaciló la joven, incapaz de reprimir su curiosidad.

Suspiró. ¿Para qué intentar negarlo? Sentía curiosidad incontrolable por Blackwood Manor, su historia y sus habitantes. Aún no conocía personalmente a Mr. Wontherlann, y desconocía si vivían más personas en ese lugar. Todo eso la llenaba de ansiedad y de ganas de investigar...
Elene la observaba en silencio y con curiosidad. Harriet sonrió. ¿Qué mal podía hacer unas cuantas preguntitas? "Ninguno", pensó.
-        En realidad, sólo es un poco de curiosidad. Pero si está ocupada, Elene, no la haré perder más tiempo.
Elene sonrió.
-        ¡Nada de eso! Adelante. Pregunte usted, niña, que estaré encantada de responder.

-        En Blackwood Manor, ¿cuántas personas viven?

-        ¿En Blackwood Manor? Pues hace muchos años, sólo Mr. Wontherlann, su hijo, el señorito Adam, Frank y yo- informó-. Y ahora, debido a la llegada de las numerosas visitas que tendremos durante una temporada, el señor Conde ha contratado a tres doncellas, y dos lacayos más.
En vez de verse mitigada, la curiosidad de Harriet se vio acrecentada aún más. ¿Había oído bien? ¿"Numerosas visitas"? Pero, ¿de qué numerosas visitas estaba hablando? ¿Acaso Mr. Wontherlann esperaba recibir a otros invitados aparte de ellas tres?
"Paciencia, Harriet", se dijo. "Pronto lo sabrás".
-        Es una casa muy grande para un número tan reducido de personas- opinó la joven.

-        Antes venía mucha gente a visitar Blackwood Manor, al menos, mientras Mrs. Wontherlann, la esposa del Conde, estuvo sana. Todo cambió en este hogar cuando ella cayó enferma y murió. Blackwood Manor se convirtió en un lugar solitario y triste.

-        ¿Hace cuántos años murió Mrs. Wontherlann?

-        Hace muchos, cuando el señorito Adam era aún muy pequeño.

-        Tuvo que...ser algo muy triste para él y para su padre, el Conde.

-        Fue una verdadera tragedia, niña. ¡Lo hubiera visto usted! De la noche a la mañana, Mrs. Wontherlann cayó muy enferma. El Conde mandó a buscar a los mejores doctores del país, incluso del extranjero, pero ninguno pudo determinar el origen de su mal. ¡Ni siquiera Mr. Richmond! La pobrecilla se debilitó con gran rapidez, pero jamás perdió su alegría. Era una mujer maravillosa, y todos lamentamos mucho partida- recordó la ama de llaves con emoción-. Pero ahora las cosas han cambiado. ¡Blackwood Manor volverá a estar lleno de vida esta noche!

-        ¿Esta noche?- preguntó Harriet sin poder retener más su curiosidad-. ¿Por qué, Elene?

-        Esta noche llegarán los últimos invitados a Blackwood Manor.

-        ¿Los últimos invitados?

-        Sí. Verá, niña, Mr. Wontherlann es un hombre muy respetable y algunas familias de renombre han dejado a sus hijos a su cuidado también. La mayoría de ellos futuros herederos de sus títulos, a los que no pueden permitirse perder en la guerra.

-        Comprendo- asintió Harriet, decidiendo que dejaría el tema de momento. Se sirvió una cucharada de sopa, y sonrió satisfecha-. ¡Sabe de maravillas, Elene! ¡Es usted toda una cocinera excelente!

-        Gracias, niña. Ahora si me disculpa, debo retirarme. ¿Se le ofrece algo más?

-        No. Y muchas gracias por el tiempo que me ha brindado, Elene.

-        El placer ha sido mío, señorita.
Luego de que la bondadosa mujer se retirara, Harriet quedó muy pensativa en su cuarto. Si antes había tenido algunas preguntas respecto a Blackwood Manor, en esos momentos su cabeza estaba a punto de colapsar de tantas interrogantes que por ella rondaban. Le intrigaba todo de ese magnífico hogar, su pasado, su gente, y también los invitados que llegarían aquella noche. Elene había insinuado que familias de renombre, portadoras de título nobles, habían enviado sus hijos a Blackwood Manor para protegerlos de los conflictos bélicos. Conocía a muchas familias importantes gracias a su abuela Clarisse, ¿sería alguna de ellas?
Sin llegar a servirse toda su cena, se recostó en la cama con dosel y siguió meditando. La emoción y las novedades le impedían conciliar el sueño. ¿Quién podía dormir estando en una mansión tan maravillosa y rica en historia como Blackwood Manor? Porque no le cabía duda que, detrás del título de los Blackwood, existía toda un pasado llenos de intrigas, ambición y poder. Y ese hogar, la magnífica Blackwood Manor, representaba la esencia de cada uno de los portadores del noble título; un poco de su personalidad, de sus sueños, y de sus ambiciones.
Harriet abrió los ojos. Caballos.
Discretamente, se levantó de la cama, se acercó a la ventana y recogió una porción de las cortinas. Una hermosa noche estrellada se extendía frente a ella; cientos de estrellas titilaban desde la oscuridad, a un ritmo único y armónico. El sonido de los cascos golpeando el suelo fue más cercano. Harriet abrió un poco más la cortina, a riesgo de que advirtieran su presencia.
Dos coches se acercaban a Blackwood Manor, todos ellos con distintos emblemas forjados en sus costados. "No puedo reconocerlos desde aquí. Está demasiado oscuro", pensó Harriet. Se detuvieron ante el hogar, y de inmediato los lacayos se acercaron a abrir las puertezuelas. Observó bajarse una figura del primer coche y dos del segundo, las cuales entraron al hogar de inmediato, desapareciendo de su vista.
Harriet permaneció unos instantes más en la ventana, pensativa. No había logrado identificar los rostros de los recién llegados, pero eran todos varones, de eso no tenía duda. "Esto no le gustará a Sofía cuando lo sepa", pensó mientras volvía a acostarse.
A los pocos instantes los carruajes volvían a ponerse en marcha, alejándose de Blackwood Manor.

5 comentarios:

AKASHA BOWMAN. dijo...

Cierto que, al igual que Harriet, yo también he percibido el halo sobreprotector de Sofía. Considero que debería liberarse de su propias cargas y disfrutar un poco de la vida, al fin que todavía es ella misma una joven en edad de desposar ¿no?

Me encanta la perspectiva de un joven señor Wontherlann, y más poseyendo el rostro y el porte que nos adelantas jejejejjejejeje.

Creo que se vienen aventuras muy interesantes reuniendo bajo un mismo techo a tres damas solteras y a disponibles herederos de notables fortunas. Concuerdo, creo que a Sofía se le subirán los colores jejejejjejee

Besos

princesa jazmin dijo...

Querida Eileen, me has sorprendido muchísimo con tu bello espacio, es un gran placer conocerte y luego volveré con más tiempo para ponerme al día con esta historia, que viéndola así ya me gusta.
Me es realmente grato hallar a otra personita como tú en el ancho mar de la red, espero podamos ser buenas amigas.
Un beso grande!
Jazmín.

Eileen dijo...

AKASHA: efectivamente, Sofía no parece alguien que disfrute del minuto a minutos, tan determinada como está por "el qué dirán", y las múltiples reglas de buena conducta de la sociedad.

Me temo que habrá, más que un par de diferencias de opinión a consecuencias de esta faceta de Sofía, pero bueno, no adelantaré nada de momento. ¡Perdería todo el misterio!

PRINCESA JAZMIN: muchas gracias!! Esperaré ansiosa tus comentarios. Me interesa saber qué piensan sobre mi historia, y que me hagan saber, sus opiniones. Estoy abierta a todas las opiniones, siempre que estas sean constructivas!! (y esto va para tí también AKASHA!!!)

All the love, amigas mías!!!

Anna Princesa dijo...

ohhhh!!! debo decirte que cuanto mas leo mas quiero y mas apasionante me parece la historia.
Sofia sin duda es una pieza fundamental para Harriet

Un beso y seguiré leyendo

Nesbell Lane dijo...

Hola Eileen

Ya te sigo, bueno ya te seguia jajajaja muchas gracias por pasarte por mis blogs...
Tu historia es maravillosa, me encanta la personalidad de Harriet, aunque me identifico un poco mas con sofia u.u....me encanta lo clasico...
He leido los capitulos hasta aqui, pero he tenido un poco de dificultad al comentar, espero que eso ya no pase mas
Gracias por seguirme :D