viernes, 10 de junio de 2011

BLACKWOOD MANOR: Capítulo 5 (1/4)



Jamás Harriet y Agnés habían visto a Sofía tan indignada. Su mirada, habitualmente serena, brillaba con una energía nada común en ella. Con un brusco movimiento, de deshizo de sus guantes, y dejó el abanico sobre la cama.
-        Esto es inaceptable- dijo al fin-. Completamente inaceptable.
Harriet suspiró. Admiraba los jardines de Blackwood Manor a través de los ventanales con actitud pensativa. Sin desearlo, esos ojos azules seguían apareciéndose ante ella; esos hipnotizantes y brillantes ojos azules, que se le clavaban en el corazón, como dos puñales cubiertos de escarcha e indiferencia. Un involuntario escalofrío la invadió al recordar lo que había visto reflejado en esos ojos; no sólo absoluto desinterés, sino algo más profundo y oscuro.
-        ¿Harriet? Harriet, ¿me estás oyendo?- oyó la voz de Sofía entre sus pensamientos.

-        Sí, Sofía- asintió con aire ausente.

-        No. No me estás escuchando, ¿o es que no te interesa?- la interrogó su prima, evidentemente molesta por su falta de atención-. ¿Acaso no te pareció indignante la conducta de esos…individuos? ¿Ves por el bochorno por el que nos hicieron pasar?
Harriet sacudió la cabeza suavemente, y miró a Sofía.
-        Estoy de acuerdo contigo, prima, pero no fue correcto lo que hicimos.

-        ¿A qué te refieres?

-        Luego de desayunar, Mr. Wontherlann seguramente nos iba a invitar  a conocer Blackwood Manor. Es lo que acostumbra hacer señor de la casa cuando hay visitas quedándose en su hogar- dijo-. Disculparnos de esa forma tan prematura no ha sido educado, ni decoroso.   
Sofía la miró con sorpresa, como si fuera incapaz de creer que hubiera dicho semejante locura.
-        Sé que tu estilo de vida es muy distinta a la nuestra, pero no puedo creer que desearas seguir soportando los descaros de esos hombres. ¿Acaso no te has dado cuenta de cómo miraba ese tal Julián Ranford a Agnés?- preguntó-. La pobrecilla se aguantaba más del azoramiento.
Harriet suspiró. Sin lugar a dudas, Sofía acababa de repetir alguna de las pobres críticas que solían dedicarle tía Margareth o tía Judith. Pero eso no le afectaba; era consciente de sus opiniones y sus my diversos reproches, dirigidos tanto a su abuela como a su padre. Se agregaba a esto, que ni su vida ni su conducta estaban limitados por "el qué dirán" de los demás; de ser así, no podría ni respirar tranquila.
-        En realidad, Sofía, no es de extrañar que Julián Ranford mirara a Agnés, porque ella es preciosa, y resulta atractiva para cualquier hombre.- La joven aludida sonrojó hasta las puntas de sus cabellos al escuchar a Harriet, y se abanicó con insistencia-. Y no se trata de mi estilo de vida, Sofía. Mostrar el hogar a su visitas, es el deber de todo anfitrión, y lo que se acostumbra hacer en este tipo de casos. Pero, claro, tú no puedes saberlo, porque jamás has vivido una situación similar.
Sofía se sumió en el silencio. Parecía estar reconsiderando la situación, pero, obstinada, se negó a entender razones. Seguía sin tolerar la indecorosa conducta que habían demostrado esos hombres, aunque había sido la desfachatez de Julián Ranford la gota que había rebalsado el vaso.
Suspiró. Aunque debía admitir que no eran todos tan salvajes como Julián Ranford. Mr. Felipe Thograwn se había comportado con infinita exquisitez y elegancia sin excepción, tratándolas con deferencia y respeto. Sólo bastaba ver su forma de vestir para saber que era un hombre correcto y honorable. Sus ojos azules así lo atestiguaban; unos ojos de color puros como… “¡Por la Santa Providencia!”, exclamó Sofía en su interior, al percatarse el curso que estaban siguiendo sus pensamientos. El rubor invadió sus mejillas sin poder controlarlo. Sentía una vergüenza que no podía describir. Como si la hubieran descubierto haciendo algo en extremo indecente.
Consciente de que sus primas la observaban, y que su reacción las extrañaría, intentó imprimir un sello de molestia a su voz.  
-        No iba a permitir que nos llevaran consigo a algún salón. ¿Te imaginas las nefastas consecuencias de estar junto a ellos, solas, en el mismo cuarto?
Harriet se obligó a guardar la calma.
-        ¿Qué es lo que te preocupa, Sofía? ¿Qué nos hagan daño? ¿Es eso?

-        He oído decir…

-        Sí, sé que los has oído decir- intervino antes de que siguiera hablando-, y también sé que tía Margareth y tía Judith seguramente las previenen con gran frecuencia al respecto. Pero te recuerdo que nos encontramos en la mansión del Conde de Blackwood, un caballero de conducta intachable y reconocida honorabilidad, y que aquellos  “hombres” a los que te refieres de forma tan despectiva, son herederos de familias de gran renombre en Inglaterra.- Harriet se sacó los delicados guantes que cubrían sus manos, y aclaró-: No son rateros, Sofía, sino caballeros cultos y herederos de títulos nobles.

-        No sería la primera vez que un gran señor abusa de una señorita, y eso no puedes negarlo.

-        Dudo que alguno de los hombres de esta casa se atreva a hacer algo parecido. Y menos en presencia de Mr. Wontherlann- dijo-. Además, no intentarán hacer nada que pueda comprometer nuestro honor, y que luego los obligue a responder por ello ante nuestras familias. Su status social y su apellido se los prohíbe; no tenemos nada de qué preocuparnos. Simplemente no estamos a su altura- concluyó la joven dirigiéndose hacia la puerta que conectaba con su cuarto-. Ahora si me disculpan, iré a mi cuarto. Necesito descansar.
A los pocos instantes de retirarse Harriet, Agnés siguió su ejemplo y también fue a descansar. Tras quedar sola en su cuarto, Sofía se soltó el cabello y se sumió en inquietantes pensamientos.
“Jamás confíes en un hombre, Sofía”, le había repetido Margareth, su madre, cada vez que se le había presentado la oportunidad para hacerlo. “No importa cuán caballero parezca; la educación y la elegancia no son sinónimo de honor y rectitud”.
Sofía se sentó ante el espejo de su aparador, y admiró su reflejo. Una joven de ojos serenos le devolvió la mirada y le sonrió levemente. Su madre y tía Judith solía decir que era una mujer agraciada, con un encanto natural y delicado. Harriet dijo que Agnés resultaba atractiva para cualquier hombre, ¿y ella? ¿Los hombres al verla la consideraban atractiva? ¿Qué había pensado Felipe Thograwn al verla?
Alzó una mano hacia su rostro, y se acarició su delicada y pálida piel. Con excepción de su padre, nunca había recibido el halago de un hombre. Y a pesar de todos prejuicios que albergaba en su interior, esperaba la llegada de ese momento con ansias.  


   

7 comentarios:

Scarlett O'Hara dijo...

Querida,
me encanta, me encanta, me encanta Sofia!!!!!!!!!!!1
Ya te lo dije la otra vez, pero ahora lo corroboro, me recuerda a mi, y me hace sentir identificada, que alegria que en este episodio sepamos un poco más de ella.
Yo tambien me hubiera ido del salon, ¡que verguenza!, y Sofia y su madre tienen razon, no por tener modales y estatus social son caballeros, eso es algo muy distinto, nunca te puedes fiar.
Besos y ahora me voy a leer el siguiente capitulo.)

Eileen dijo...

Sabes qué?? Cuando cree esta historia, siempre pensé que las lectores podrían identificarse con alguna de las primas Beckesey, ya que sus personalidades eran tan distintas, que abarcaba un ampli campo de personalidad.

También concuerdo con la madre de Sofía!!!

Besos! Una vez más, quedo muy contenta con tu visita!

Citu dijo...

Me gusta mucho haber que pasa y concuerdo con Scarlet Sofia es un personaje muy interesante. Te mando un beso y buen fin de semana

Anna Princesa dijo...

Sofia es increible, aunque mi heroína es Harrie ¡me encanta!

besotes y te leo

Anónimo dijo...

vero: hola!! esperaba con ancias poder leer otro capitulo...por dios me encanta como escribes!! te felicite de verdad.. la historia esta muy interesante... y sofia y harriet las mejores..bsos y te sigo..

D. C. López dijo...

Hola guapa!, al fin pude hacerme tu seguidora, jejeje.

Pasaba a saludarte, desearte un feliz comienzo d semana y d paso pedirte k des tu voto sobre la mejor continuación del reto, tejiendo un cuento... si puedes claro!, jejeje.

Y ya sabes, si kieres participar en la siguiente fase (o siguientes) sólo tienes k hacerlo y punto, jejeej. Xao!!!

Anónimo dijo...

iiiiuuuu!!!!
a Sofia le gusta Felipe!!! el problema es que no la han dejado vivir y todo lo ve mal e indecoroso.... pero ya encontro al amor de su vida y se tiene que avispar!!!
saludos
anabel